sábado, 28 de marzo de 2020

VOX y la educación del pin parental



El "pin parental" es la última medida propuesta por Vox (y apoyada por algún que otro representante del PP) para acabar con el adoctrinamiento en las aulas sobre diversos temas que consideran inadecuados para las nuevas generaciones

Estos días en cualquier medio de comunicación aparece la propuesta estrella de Vox para acabar con lo que ellos llaman el adoctrinamiento en las aulas y la no libertad de los padres de poder elegir la educación de sus hijos. El llamado "pin parental"; es el código que alguna que otra plataforma ofrece a los usuarios para que bloqueen en internet o en la televisión ciertos contenidos de reproducción violenta o sexual por considerarlo inapropiado. Por lo general, este servicio es utilizado por los padres para bloquear dichos contenidos a sus hijos.

El eje de esta medida que pretende llevar a cabo Vox a nivel nacional, y que en Murcia ya se aplica, es que los padres puedan elegir si ciertas actividades extraescolares realizadas dentro del periodo lectivo son adecuadas para sus hijos y, para ello, insta a que los centros educativos, cuando realicen dichas actividades, lo comuniquen a los padres con el fin de que estos den su autorización o no.

Con ello, lo que pretende Vox, a mi juicio, es que los padres elijan unilateralmente cual es la educación que ellos creen que, por sus convicciones, es buena para sus hijos, sin pensar siquiera que puede ser perjudicial para ellos a largo plazo, en el futuro.

Entiendo que los padres se preocupen por la educación de sus hijos y que elijan que educación quieren para ellos; por ejemplo, que estudien en un colegio determinado con unos valores o una formación distinta al resto de centros. Hasta aquí estoy de acuerdo.

Ahora bien, cuando un centro educativo realiza ciertas actividades porque lo considera relevante para el desarrollo y conocimiento de sus alumnos (como puede ser una charla de orientación sexual o un taller de las distintas enfermedades de transmisión sexual y sus prevenciones) no veo lógico, en mi opinión, que los padres puedan elegir si sus hijos acuden o no a estas actividades extraescolares por considerarlo contrario a sus convicciones, pensando egoístamente solo en ellos. Quién no les dice a estos padres que sus hijos, por ejemplo, son homosexuales, y quizás ni lo sepan, porque sus progenitores no le han dado la oportunidad de tener conocimiento sobre la orientación sexual.

Así pues, llegados a este punto, cabe hacernos una reflexión y eso pasa por cuestionarse si es correcto privar a nuestros hijos de conocer ciertos contenidos que forma parte de nuestra sociedad.

A mi juicio, prohibiendo a nuestros menores acudir a dichas actividades estamos provocando, o mejor dicho, generando una sociedad intolerante, dónde, por ejemplo, el que es homosexual tiene que esconderse por miedo al rechazo y a la falta de empatía por parte de sus compañeros, ya que es muy duro para un adolescente decirlo abiertamente en una sociedad retrógrada y con pocos valores, y en conclusión, en una sociedad donde es mejor mirar a otro lado y no dejar a nuestros hijos comprender y conocer los retos que les espera el futuro en una sociedad tan plural y cambiante, un ejemplo de ello, es el matrimonio entre personas de un mismo sexo (hasta el 2004 era inimaginable que fuere posible dicho matrimonio).

En conclusión, la propuesta de Vox y compartida también por alguno que otro representante político del PP, en mi opinión, es una medida de poco sentido común y que genera intolerancia en la educación de las nuevas generaciones. Qué queremos un país que avanza en la pluralidad y en la aceptación de las nuevas situaciones que presenta nuestra sociedad, o un país que se estanca y que es mejor seguir manteniendo viejos perjuicios. Creo que es una cuestión que debería de plantarse la derecha rancia y la ultraderecha. 

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